México fuera de Rio 2016

Mucho se ha hablado recientemente sobre el fracaso del seleccionado olímpico de fútbol mexicano en su intento de refrendar la medalla de oro conseguida hace 4 años.

La cosa no se puede explicar fácilmente, en realidad todo se debe a una serie de factores que dieron como resultado la ya mencionada eliminación en primera ronda del torneo olímpico de fútbol.

Dicha cadena de situaciones inició en el encuentro ante Alemania, en el cual el dominio fue intercambiado entre ambos equipos durante el transcurso del cotejo, siendo los teutones ligeramente superiores en el trámite general. Sin embargo el detalle que puntualmente hiso la diferencia entre empatar y ganar, fue la falta de certeza en la definición que impero en los pies de Irving Lozano, quien en dos oportunidades tuvo ante si opciones claras de gol,  la falta de confianza para definir de primera intención fue su pecado y debido a ello es que finalmente la penitencia radicó en no poder vencer a los germanos; dos puntos que sin duda habrían hecho la diferencia después.

Sin embargo no fue solo este duelo el que brindó la oport
unidad a la escuadra azteca de decantar a su favor la clasificación a la segunda ronda; el encuentro ante Fiji otorgo la posibilidad de enfrentar al conjunto más débil del torneo, por lo que aprovecharlo para ganar y hacer la diferencia de goles lo más favorable posible seria imperativo ante un escenario de desempate contra los otros rivales del grupo. El resultado, un primer tiempo para olvidar donde un rival muy inferior en la teoría opuso mucha resistencia y que finalmente no solo evito que México obtuviera una diferencia de goles mayor, si no que privo a la escuadra mexicana de dos de sus hombres más importantes al ataque: Rodolfo Pizarro y Oribe Peralta, quienes causaron baja debido a sus respectivas fracturas. De nueva cuenta un déficit mexicano con respecto a lo que los rivales del grupo consiguieron ante el mismo contendiente.

El clavo final en el ataúd mexicano en esta disciplina olímpica lo constituyeron la falta de volumen de juego y la falta de creatividad en la zona de ataque que impidió a la selección nacional hacerse de opciones claras frente a un rival, Corea del sur, que se sabía clasificado con el empate y se dedicó a hacer difícil el trámite del partido a los mexicanos, reduciendo los espacios y haciendo presión en la zona de ataque nacional; además de aprovechar la primera opción de gol de las dos que tuvo en todo el encuentro para enviar de regreso a casa a los mexicanos quienes se mostraron incompetentes e inclusive desesperados al final de la historia.


Se puede culpar a mucha gente dentro del seno del fútbol mexicano por este fracaso, lo cierto es que México fue incapaz de aprovechar los momentos claves de cada encuentro dentro de esta primera ronda, y eso fue lo que finalmente les eliminó. No queda más que sincerarse con respecto a todo lo que falló y ver hacia el futuro cercano con miras a corregir el rumbo que últimamente luce extraviado en el fútbol a nivel de selecciones. 

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