Un día típico para el Godínez pambolero inicia con unas ganas enormes de seguir disfrutando de la comodidad de la cama, un deseo de jamás levantarte, de dormir para siempre. Sin embargo, como todo Godínez, es necesario vencer dicha tentación e ir a ganarse la vida. Luego de varios intentos, por fin se logra incorporarse a la vida activa. Luego; lo clásico, alistarse para lucir medianamente presentable; empacar el poderoso lonche; desayunar a la velocidad de la luz; salir de casa con toda la actitud. Y una que otra vez volver de volada a casa por que faltó el cubrebocas… Una vez superado el periplo a través del tráfico infernal de la ciudad, logramos llegar a la oficina; donde nos aguarda nuestro cálido cubículo; el espacio personal donde sucede la magia. El primer paso debe ser consultar la agenda, por supuesto me refiero al calendario de partidos de fútbol del día. Esto nos permite organizar perfectamente nuestras actividades; de modo que podremos aplicarnos con las acci...